“Necesitamos silencio para poder tocar las almas” Madre Teresa de Calcuta.
Aplícalo al alma de tu hijo. Desacelera y busca silencios para reflexionar. ¡Para! y disfruta de la vida de tu hijo.
Distingue entre lo urgente y lo importante.
Lo que crees que necesita tu hijo no siempre es lo que de verdad necesita. Para saberlo con certeza, necesitas silencio en tu corazón y tu mente. Cuando lo tengas, podrás escucharte y escuchar lo que te dice tu hijo.