Nueve consejos prácticos para formar hijos lectores:
- Lee junto a tu hijo, en cualquier situación y por cualquier motivo. Lee los paquetes de cereales en el desayuno o la cartelera de los cines el fin de semana. Léele las instrucciones para montar su castillo de juguete o busca con él información en internet para saber más sobre su animal preferido. Por supuesto, cuéntale cuentos, léele poesía, adivinanzas, trabalenguas…
- Convierte la tele en una aliada, no en un enemigo. Si la pequeña pantalla es lo que realmente le engancha, hay que fijarse en sus programas preferidos y tratar de buscar libros relacionados con su pasión. Tenemos ya garantizado un mínimo de interés.
- Visita la biblioteca pública del barrio con asiduidad. Los fondos de la sección infantil y juvenil de las bibliotecas públicas ofrecen muchos más libros de los que se puedan tener en casa. Suelen celebrarse además actividades de animación a la lectura y encuentros con otros lectores.
- Invítale a “merendar” libros. En lugar de golosinas o chocolate, invítale de tanto en tanto a elegir un libro de la librería. Hay libros de todos los presupuestos y una merienda literaria no tiene por qué ser cara.
- No te empeñes en que le guste lo mismo que a ti a su edad. No, a tu hijo no le gusta todavía Jim Boton y Lucas el maquinista. En estos momentos disfruta con Mortadelo y Filemón. ¿Qué problema hay? Se está forjando su gusto por la lectura, no el tuyo. Aprende a esperar para dar los libros adecuados en el momento oportuno.
- Preséntale la lectura como un premio. «Si acabas pronto tus deberes, podrás sentarte en el sofá a leer ¡durante media hora! Yo también intentaré acabar pronto para leer contigo ¿Qué te parece?»
- Sé regular. Convierte la lectura en un hábito. No es necesario mucho tiempo pero sí ser sistemático. Si tu hijo es pequeño, reserva 10 minutos del día para leerle. A este intervalo de tiempo, puedes llamarlo «La hora de jugar a leer» y anúnciaselo como si hubiera llegado la mejor hora del día. Aunque tú no te pares a pensarlo, estar junto a ti, con tu atención y con un buen libro, para tu hijo es el mejor momento del día.
- Suscríbelo a una revista especializada para niños. Nunca falla: recibir una revista a su nombre, como papá o mamá, con contenido especialmente seleccionado para sus intereses es un “gancho” seguro.
- Crea misterio alrededor de los libros. Para un niño de primaria, no es lo mismo leer un libro de intriga o aventuras sentado tranquilamente en el sofá que leerlo en ese mismo sofá pero a oscuras, con una linterna, debajo de una sábana, para que no os descubran los malos.
- Explota su curiosidad. No es lo mismo invitar a tu hijo (de secundaria) a leer un libro (que sabemos va a rechazar) que decir, mientras lo dejas olvidado en la mesa de la cocina: “¡Uf, demasiado fuerte para mí…!” Seguro que la curiosidad puede con él.
Elena Roger Gamir
Pedagoga – Solohijos.com
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