Hay momentos en los que los hijos utilizan la técnica del “disco rayado”: repiten y repiten hasta cansarnos y conseguir lo que quieren.
En esos casos, cuando ya se ha discutido ese asunto previamente, ha quedado claro pero ellos siguen insistiendo, es mejor no seguir su juego y hablar lo menos posible. Un “Te entiendo/quiero pero no te lo permito” es suficiente para que sepan que conoces sus necesidades, las has valorado pero que en ese momento no se pueden satisfacer.
¿El secreto? El tono, la mirada, la actitud, la determinación y el cariño. Mirándole a los ojos, a su misma altura, abstrayéndote y abstrayéndole de los demás ruidos… En conexión absoluta: sin duda una frase trascendente.
Elena Roger Gamir
Pedagoga – Solohijos