Dijo Borjes: “El peor de los pecados es no haber sido feliz”.
Creemos que no es del todo preciso. El peor de los pecados para nosotros es haber pasado por la vida sin disfrutar del alma de nuestros hijos, tan solo preocupados por su formación y su futuro.
Saborear sus pequeños pasos, celebrarlos y compartirlos con ellos es la mitad de la felicidad.
¿La otra mitad? Vivir con la satisfacción de no habernos perdido nada de sus vidas.
Disfruta de tus hijos. ¡Ahora es el momento!
