Una metáfora estupenda para explicar a nuestros hijos por qué ellos también son únicos, irrepetibles e incomparables, como los copos de nieve. Cada uno tiene sus propias cualidades, en positivo y negativo, y esos son los principales motivos para que no haya otra persona como él.
Después de ver este vídeo puedes ayudarle a reflexionar y decir qué aspectos positivos son los que le caracterizan y le distinguen de los demás. Si no es capaz de identificarlos, prepara previamente unas cartulinas con los adjetivos que crees que le identifican junto con otros que no. Barájalos y «juega» con tu hijo a que elija aquellos más afines a su personalidad.
Habla de ellos relacionando cada cartulina a hechos pasados y vividos por tu hijo: «Uhm, ha salido ´optimista`. ¿Recuerdas cuando te comportaste de manera optimista? ¿no? ¿Recuerdas aquella vez que se nos quemó el pastel de queso y yo me entristecí? ¿Recuerdas lo qué me dijiste? Me animaste a hacer otro pastel de queso, pero esa vez vigilando mejor el horno… Yo te obedecí y el pastel salió perfecto esa vez. Estaba buenísimo!. Si no me llegas a animar yo no hago el segundo pastel y no merendamos eso tan bueno. ¡Eso es ser optimista!
Muy útil para trabajar los celos infantiles entre hermanos.
Elena Roger Gamir
Pedagoga – Solohijos.com