Desde pequeño he tenido que oír montón de veces los mismos comentarios: «Eres un gandul», «Lo has hecho a propósito», «¿Quieres estarte quieto?, «Siempre igual, ¿es que no vas a aprender nunca?». Nada más empezar el curso, ya tenía una de aquellas estupendas notas en la agenda donde mis profesores anunciaban que de seguir así, me iba de cabeza al suspenso. Mis padres me daban por perdido hasta que acudieron a un especialista que me diagnosticó un Trastorno por Déficit de Atención.
– ¡Carlos! ¡Hace ya diez minutos que tendrías que estar en la ducha!… ¡Caaarloooos!
– ¡Pero si hoy es martes, entro una hora más tarde!.
– ¡Carlos, hoy es miércoles, vas a llegar tarde otra vez!
¿Hoy es martes?, ¡miércoles! ¡No puede ser, entro a las ocho! ¡Clase de filosofía! Me van a suspender. ¿Por qué tengo tan mal presagio? ¡¡Kant!! ¡El trabajo de Kant! ¿Era para hoy? No puede ser, no es justo. Soy un auténtico desastre…
Si escenas como esta se repiten con frecuencia, puede ser que estéis ante un caso de joven con un Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH).
¿Qué es el TDAH?
El cerebro es como un ordenador pero en vez de microchips alberga miles de millones de células nerviosas llamadas neuronas. Estas neuronas se comunican entre ellas gracias a unas sustancias llamadas neurotransmisores. En algunos casos estos neurotransmisores funcionan a un ritmo diferente. Esto produce, en la persona que lo padece, dificultades para controlar los impulsos, la actividad y/o la atención.
Hay numerosos casos de jóvenes que lo sufren pero a los que nunca les ha sido diagnosticado. Son víctimas de constantes reproches y por lo tanto experimentan un profundo malestar por no conseguir hacer todas las cosas como los otros chicos y dar continuos disgustos a su familia. Se sienten como una auténtica calamidad y por mucho que lo intentan, no logran poner remedio a sus fracasos.
Es importante pues que si vuestro hijo tiene «actitudes de hiperactividad» o muestra dificultades para concentrarse, acudáis en cuanto antes a un especialista que sepa dictaminar si está o no afectado por dicho trastorno.
¿Cómo detectarlo?
1. El TDAH puede manifestarse provocando impulsividad e hiperactividad. Estas son las actitudes más frecuentes de los jóvenes que así lo acusan:
- Hablan más de la cuenta, innecesariamente, y se van a menudo por las ramas.
- Nunca encuentran el tiempo para realizar sus trabajos y siempre los hacen en el último momento. Les cuesta establecer un orden de prioridades dentro de las cosas que tienen que hacer.
- Les cuesta controlar el paso del tiempo, siempre piensan que tienen tiempo de sobra para todo y en cuanto se dan cuenta «ya es demasiado tarde».
- Les cuesta planificar actividades con antelación y se dejan llevar fácilmente por las apetencias del momento.
Les cuesta entender, olvidan y discuten con mucha facilidad las reglas que les son impuestas. - A menudo se sienten inquietos y necesitan mover los pies, columpiarse en las sillas, jugar con alguna cosa con las manos o seguir el ritmo de la música de su «walkman».
- Les cuesta controlarse y a menudo se comportan de forma impulsiva, dicen cosas de las que luego se arrepienten, actúan sin pensar.
- Se meten fácilmente en líos o son fácilmente blancos de las acusaciones cuando los líos se producen cerca de ellos.
- Tienen cambios de humor muy repentinos.
2. El TDAH también puede manifestarse provocando dificultades en la concentración. Estas son las características más frecuentes de los jóvenes que así lo acusan:
- Les cuesta seleccionar la información más importante.
- Les cuesta mantener la atención en clase y no pueden evitar pensar en sus cosas.
- Se sienten inseguros porque a menudo tienen la sensación de estar olvidando alguna cosa importante: la entrega de trabajos, la fecha de un examen, la cita con alguien, una fecha especial, etc…
- Son conocidos por sus despistes.
- No les resulta nada fácil desviar la concentración de una actividad para destinársela a otra.
- Cuando lo que están haciendo no les atrae, se distraen con increíble facilidad.
Fundación ADANA
Otros contenidos relacionados con este artículo: Hiperactividad y falta de concentración en los adolescentes. Consejos prácticos.
Qué puedo hacer si mi hijo adolescente tiene TDA