El mejor método para estimular la inteligencia de tu hijo consiste en enriquecer las experiencias con emociones.
Ellos entienden el mundo, no por los conceptos y la información objetiva como nosotros, sino a través de las emociones y el afecto, de experiencias significativas. Por lo tanto, para que entiendan una idea no basta con enseñársela, hay que hacérsela sentir.
No es lo mismo enseñarle a tu hijo los colores a través de un libro que enseñárselos mientras trasplantáis flores en el jardín. Para que aprenda, apunta a su corazón.
“La raíz de las dificultades de aprendizaje reside a menudo en la pobreza de las emociones que padres e hijos viven juntos” Howard Sharron