Muchos de nosotros hemos sufrido en nuestra carne las secuelas de la influencia de una educación basada en la ignorancia:
- No le hagas caso. Déjale llorar, así se acostumbrará a calmarse solo.
- Si le haces caso, solo conseguirás reforzar esa rabieta.
- Llora para llamar tu atención. Si lo consuelas, lo hará siempre.
- No le hagas caso o lo convertirás en un tirano.
Es la educación de la ignorancia, no porque su filosofía fuera ignorar las necesidades de los niños, sino por la ignorancia que demostraban los adultos respecto a las necesidades emocionales, afectivas y cognitivas de sus hijos. Cuando un niño llora porque no ha conseguido algo, cuando grita porque se siente mal, cuando no puede calmarse cuando se separa de sus padres tiene un clarísimo objetivo para hacerlo y no es molestar a sus padres. Ni manipularlos ni desafiarlos. Eso llega después, cuando después de reclamar su ración de seguridad y apego, nadie le responde. Entonces su mecanismo de supervivencia se activa y hace lo que sea para obtener ese apego que tanto necesita para vivir. Lo que tu hijo quiere es sentir que comprendes su malestar y que estás a su lado. A veces, le podrás ayudar. A veces no. Pero eso no es tan importante para él como que entiendas cómo se siente.
¿Qué le enseñas cuando le ignoras?
- Al ignorarle le enseñas que no es importante para ti, no lo suficientemente importante para que te tomes en serio sus necesidades.
- Le demuestras una gran falta de empatía, que le fomentará un pensamiento egocéntrico y episódico.
- Aprende que no es bueno comunicar sus sentimientos ya que las reacciones de los demás no se corresponden con sus necesidades, incluso son negativas. “Es peligroso demostrar mis sentimientos”.
¿Dos opciones o tres?
Algunos padres creen que solo existen dos posibilidades para corregir comportamientos negativos o malas decisiones de nuestros hijos: castigar la falta o ignorar al niño. Pero existe una tercera:
Comprenderles y hacerles ver que les acompañamos no significa ceder o dejarnos manipular. Puedes ser empático y sensible con sus necesidades y firme en tu manera de aplicar las consecuencias. Un niño con sus necesidades emocionales satisfechas es mucho más “racional” que otro que tiene que luchar por conseguirlas.
Elena Roger Gamir
Pedagoga – Solohijos.com
Píldora Educativa relacionada: ¿Por qué no hay que ignorar a tu hijo cuando tiene una rabieta?
hola,
tengo un problema y no sé como solucionarlo. estoy divorciada hace 6 años y tengo una niña de 8 años. hace 2 años y medio comencé una relación con un hombre. empezamos a vivir juntos al poco de empezar la relación y la convivencia ha sido difícil. Chocamos mucho en la forma de educar porque yo soy bastante flexible, todo lo intento solucionar hablando y él es más autoritario y las soluciones son castigos. Y mi hijo no lo acepta.
actualmente la situación se está desbordando. Mi hija parece no aceptar a mi pareja y lo ignora. Cuando nos ve no le da un beso, no le da un beso de buenas noches,… y tras muchas charlas con ella, intentar explicarle todo mi hija no cambia. está un tiempo bien pero luego vuelve a comportarse igual, ignorando a mi pareja.
mi pareja ha tomado la determinación de ignorar a mi hija. imagínate como me siento!!! y a mi hija parece que no le afecte. yo me sigo comportando con ella igual. qué hago?? es correcto lo que hace mi pareja con mi hija?? debo aceptarlo??? no sé como solucionar ésto.
gracias por su ayuda.
Por este medio poco podemos decirte, pero lo que tenemos claro es que no es un buen comportamiento que tu pareja la ignore, aunque sea comprensible dada la actitud de tu hija. En esta situación intervienen muchos sentimientos y los sentimientos se combaten con sentimientos, con contacto, con conexión. Por eso, no sirven de nada los argumentos racionales hacía tu hija o tu pareja. Reflexiona sobre lo que puede ser que rechace tu hija en tu pareja, para detectar el problema y comenzar a buscar la solución. Quizás sea la comunicación, la autoridad, la empatía… En cualquier caso, en importante que busques una manera de hacer que la comunicación de estos sentimientos sea fluida por lo que te recomendamos el libro “Como hablar para que tus hijos te escuchen y como escuchar para que tus hijos te hablen” de Adele Faber y Elaine Mazlish, editorial Medici. Un abrazo!
Gracias por esos artículos tan útiles e interesantes para nosotros como padres. Necesito por favor me orienten como orientar a mi hija de 6 años y medio sobre los «amigos imaginarios» pues ha visto esto por televisión y ahora quiere tener uno: GRACIAS!!!
Hola Yerlurys, los amigos imaginarios son una válvula de escape para los niños. En la mayoría de casos son una proyección de su imaginación y de sus sentimientos, por lo que tener un amigo de estas características durante esta edad no debe preocuparte. Mientras los niños lo inventan es porque lo necesitan. Ellos mismos lo “hacen desaparecer” cuando ya se sienten seguros.
Y mientras no les impidan relacionarse con otros niños y hacer una vida normal, no hay problema en que lo tengan. Tú puedes decirle que, aunque no lo ves y entiendes que es un amigo “solo para él”, lo aceptas y lo respetas. Incluso puedes demostrar curiosidad y preocuparte por saber más pero dejándole claro que entiendes que es un “amigo imaginario”, es decir, un producto de su imaginación, y solo de la suya.