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Jugar con pistolas: el juego agresivo

“Bam, bam, estás muerto; te he dado en la cabeza y ahora te tienes que morir…” le dice un niño a otro en el parque. Estamos tan acostumbrados a que nuestros hijos jueguen con armas bélicas que pocos padres se cuestionan si esto no tendrá efectos secundarios sobre la educación de sus hijos.

Evitar que los niños jueguen con armas es difícil. Y lo es porque viven rodeados de violencia: sus héroes llevan armas, los personajes de sus películas se agreden y se pegan, hasta nuestros comentarios sobre la actualidad hablan de muertes y guerras.

Lo mejor para tu hijo, y para la sociedad, es que crezca jugando con principios de paz y colaboración. Son juegos creativos, estimulantes y ricos en valores que edifican un pensamiento y una actitud constructiva y proactiva.  Pero por más que te niegues a que juegue con armas, algún día encontrarás a tu hijo jugando con su manita convertida en pistola.
Esto no te ha de preocupar porque su dedo puede ser una pistola pero también un sinfín de posibilidades lúdicas. Sin embargo, los juguetes que son replicas exactas de las armas reales sí que encapsulan la imaginación de nuestros hijos porque únicamente sirven para jugar a matar. Diferentes investigaciones han demostrado que las pistolas de juguete estimulan la cantidad y la intensidad de la violencia en el juego.

¿Por qué juegan con pistolas?
  • Porque imitando a sus superhéroes se sienten con poder para conseguir lo que quieren.
  • Porque quieren comprender por qué despiertan en nosotros tantos sentimientos. ¿Por qué viene papá corriendo cuando apunto con mi pistola de corcho a la cabeza de mi hermano?
  • Porque no comprenden lo que es la muerte y su curiosidad les empuja a jugar con ella.
¿Niños o padres agresivos?

Más que los juegos bélicos, lo que influye en ellos es nuestra actitud ante la violencia. Revisa cómo les hablas, cómo aplicas tu autoridad, qué tipos de programas ves en la televisión y cuáles son tus comentarios, cómo reaccionas cuando tienes conflictos con los demás, cómo tratas las cosas… Jugar con pistolas deja de ser “un juego de niños” cuando se nutre de la agresividad (no necesariamente física) que existe subliminalmente en casa.

No le prohíbas jugar

Jugará a escondidas o cuando tú no estés. Dile que en vuestra familia no se compran pistolas pero que pueden utilizar otros juguetes u objetos para jugar a disparar (la ramita de un árbol, un lápiz, el palo del helado…). De esta manera el juego es más flexible y creativo y no está solo enfocado a matar.

Qué hacer si ya juegan con pistolas:
  • Déjales claro cuál es tu postura.
    Cuando jugáis con pistolas yo me pongo triste porque las pistolas de verdad pueden hacer mucho daño.
  • Enuncia la norma de tu casa sobre el uso de ellas.
    • En nuestra casa no se apuntan las pistolas sobre la cara de las personas; se pueden asustar. Podéis apuntar a las piernas o los brazos.
  • Delimita el espacio para jugar con ellas
    • Puedes jugar en el parque pero no en casa; podrías asustar a tu hermano.
  • Enséñales a respetar a los demás.
    • Si quieres jugar a la guerra con otro niño, antes debes pedirle permiso. A todos los niños no les gusta jugar a la guerra.
  • Explícales lo que de verdad es una pistola.
    • Las pistolas de verdad no son como las de juguete. Hacen mucho daño y pueden matar a las personas; nunca hay que jugar con ellas.

 

Elena Roger Gamir
Pedagoga – Solohijos.com

 

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