Ha llegado y te ha cogido por sorpresa. Tu hijo ya no es un niño y últimamente tiene conductas y actitudes que te desconciertan y, lo que es peor, que te disgustan. Te parece un ser desconocido, aunque sabes que está experimentando los cambios físicos y psicológicos que lo conducirán a la madurez. En definitiva, está en plena adolescencia. Al fin y al cabo, todos la hemos pasado como hemos podido.
- No nos precipitemos. Cuando nuestro hijo o hija de más de 12 años presenta formas de conducta diferentes a lo que hemos observado hasta ahora y que a nosotros nos parecen indeseables o inapropiadas, dediquemos algún tiempo a reflexionar sobre ellas e intentemos descubrir los motivos de dicha conducta. Si logramos comprender los motivos de dicha conducta, seguramente encontraremos formas de actuar en el caso que lo juzguemos conveniente.
- Para descubrir los motivos o causas de la conducta no deseable de nuestro hijo o hija, además de invertir tiempo es recomendable:
– Pedir a nuestro hijo o hija que nos explique las razones que le impulsan a obrar así. No se trata de recriminar su conducta o de explicarle que se comporta mal, se trata, antes que nada, de comprender sus motivos y sus sentimientos. Sólo después de tener una idea clara de ello estaremos en condiciones de intervenir con una mínima garantía de éxito.
– Intentar encontrar en nuestra memoria alguna forma de comportamiento de cuando nosotros teníamos su edad, que tenga alguna relación con la conducta que observamos en nuestro hijo. Si lo conseguimos, seguramente nos será más fácil entender sus sentimientos o razones.
- Seguramente nos será de gran ayuda, si tenemos un hijo o hija adolescente, leer los artículos recomendados que tratan sobre diferentes aspectos del desarrollo del adolescente.
José María Lahoz García
Pedagogo (Orientador escolar y profesional),
Profesor de Educación Primaria y de Psicología
y Pedagogía en Secundaria
Artículo relacionado con estos consejos prácticos: La edad del pavo.