Cuando decidimos sacar el pañal a nuestro hijo debemos tener, ante todo, mucha paciencia. Como toda adquisición de un hábito el proceso es lento y es posible que a lo largo del camino haya algún retroceso. Para conseguir afianzar el hábito del control de esfínteres es necesario que el niño no tenga ansiedad, entrenar los músculos de los esfínteres, aumentar la sensibilidad de la piel ante las sensaciones de húmedo-seco y reforzar las motivaciones de tu hijo ante el nuevo reto de vivir sin el pañal.
Existen unos consejos que debemos tener en cuenta cuando decidimos quitar el pañal a nuestros hijos:
- Si decidimos quitarle los pañales, no se los volveremos a poner bajo ninguna circunstancia. Antes de hacerlo, se debe consultar con un profesional.
- Presentar el hecho de quitar el pañal como un privilegio de mayores (papá y mamá lo hacen como él, y su hermana pequeña no porque es un bebé)
- Sentarlo en su váter cada día a la misma hora. Puedes contarle un cuento o leerle un libro mientras «espera». Quizás al principio cueste pero poco a poco irá adquiriendo el hábito.
- Después de orinar o defecar adecuadamente, tu hijo puede encontrar una pequeña sorpresa escondida detrás de su orinal: un globo, unos cacahuetes, un cromo…Cada vez que lo consiga, debes felicitarlo como si hubiera conseguido una proeza.
- Haz un cuadro de doble entrada donde aparezcan los días de la semana y las variables «pipí y caca». Cada vez que controle sus esfínteres correctamente, colócale en la casilla correspondiente una pegatina atractiva que le sirva de estímulo para seguir haciéndolo tan bien. ¡Dibújale en uno de sus deditos una cara sonriente!
- Si fracasa en el intento, no le des más importancia (se que esto es difícil pero debemos tratar que no se nos note la desilusión). Si a tu hijo se le escapa el pipí, que se cambie y se limpie solo con una toallita húmeda (luego lo repasas tú). Si es caca, le limpias sin culpabilizarlo y le animas a continuar intentándolo (esta es la parte más ardua).
- No le dejes beber líquido dos horas antes de ir a la cama o, al menos, reduce la cantidad de éste. Vigila las sopas, purés, zumos…alimentos que ya llevan suficiente cantidad de líquido.
- Acostúmbralo a hacer pipí varias veces al día, es decir, que no retenga la orina hasta que no pueda más. Al revés de lo que parece, retener mucho no fortalece la vejiga sino que la debilita.
- Puedes «jugar» a cortar la micción varias veces, reteniendo la orina unos instantes, volver a relajar los músculos, retener y así sucesivamente. Es un buen ejercicio para enseñarle a controlar los músculos de su vejiga.
- Debe hacer pipí antes de ir a la cama. Posteriormente, cuando tú también te acuestes más tarde, puedes levantarlo y acompañarle hasta el lavabo para que haga pipí.
- No te desesperes si tarda en controlar del todo: todos los niños tienen su ritmo de maduración y eso se ha de respetar.
- Un buen momento para empezar a quitar el pañal es en verano, pues tu hijo va vestido con menos ropa y corre menos riesgo de constiparse a causa de los «escapes».
- Sobretodo, y este es el punto más importante, no le presiones y alábalo sin miedo a exagerar siempre que actúe positivamente. Prémialo con tus abrazos y aplausos y si fracasa alguna vez…ni lo castigues ni culpabilices. Seguro que él mismo ya se siente mal.
María Luisa Ferrerós & Elena Roger
Neuropsicóloga & Pedagoga