¡Espectacular este vídeo de Benjamín Zander, director de orquesta, casi más conocido por la pasión que trasmite en sus conferencias que por su trabajo de director! Ya tiene unos años pero no me canso de verlo. Me ayuda a preguntarme si yo soy capaz cada día de hacer brillar los ojos de mis hijos.
Cuando lo miro siento que es mi responsabilidad y mi oportunidad, al mismo tiempo, de ayudarles a que brillen sus almas, su inteligencia y sus corazones. Quiero tocar el botón que les permita ver con ese brillo un mundo lleno de posibilidades. Me gustaría ser capaz de trasmitirle la importancia de caminar, sobre todo cuesta arriba, y de no olvidar que hay que empujar a los que no brillan tanto a subir esa misma cuesta.
Sus ojos brillarán si yo les corrijo con respeto. Si les hago saber que ellos son valiosísimos para mí. Que mi cariño hacía ellos no depende de lo que hagan o lo que piensen. Por lo que son ya tienen mi amor eterno.
Brillarán si les permito equivocarse, sin miedo a decepcionarme o a ser juzgados. Brillarán si mis exigencias y límites son coherentes y les ayudan a ser fuertes y conocerse mejor, dejándoles ser ellos mismos.
Brillarán si les proveo de experiencias y personas enriquecedoras, de aventuras, de magia y de retos asumibles pero estimulantes.
Si sinceramente creo, y profundamente lo creo, que ellos son capaces de hacer grandes cosas y de que sus vidas tienen un sentido, no solo para ellos, sino también para los demás.
El resto del mundo puede tratar y mirar a mis hijos como quiera. Yo allí no tengo capacidad de maniobra. Pero sí la tengo en la mirada de mis hijos. Puedo ayudarles a que cuando miren allí afuera vean un mundo fascinante, enorme y repleto de riquezas, donde merece la pena estar, a pesar de no ser fácil de manejar algunas veces.
¡Espero que a vosotros también os inspire este fantástico vídeo!
Elena Roger Gamir
Pedagoga – Solohijos