Los libros son la puerta de entrada a todo un mundo de conocimiento y fantasía. Por eso cuanto antes podamos penetrar en ese universo mucho mejor. Enseñar a leer a nuestro hijo antes de que aprenda en la escuela no es ni descabellado ni temerario: él puede aprender a leer si nosotros le ayudamos y nos lo pasamos bien haciéndolo. Además, vivir el descubrimiento de la lectura con nuestro hijo es una experiencia muy satisfactoria que estrechará los lazos afectivos de todos.
Si decides no empezar un programa de lectura en casa, lo que sí puedes hacer es aprovechar todas las oportunidades que se presenten de acercar a tu hijo a la lectura:
- Leerle diariamente en voz alta le ayudará a:
1. Familiarizarse con las características de un texto escrito: inicio, desarrollo, conclusión.
2. Tener modelos adecuados de lectura que él deberá alcanzar.
3. Disfrutar juntos con la lectura. Seguro que a él también le gustará leer.
- Preguntarle sobre el contenido de la historia cuando miréis juntos las imágenes de un cuento. Le estarás ayudando a ejercitarse en la comprensión lectora y la síntesis de las ideas principales de un texto.
- Puedes hacer un libro sobre la historia del niño, sobre las horas que pasa en su escuela infantil, sobre el fin de semana o sobre las vacaciones. Utilizando fotos, dibujos, recortes, etc., que acompañen el texto (palabras o frases cortas) escrito con rotulador rojo o negro y con letra grande. Es importante que la imagen y el texto ocupen páginas diferentes, porque si el niño mira la imagen probablemente no se fijará en las palabras escritas.
- Otro tipo de libro que les gusta mucho es el de los nombres de los amigos de clase o de la calle. En una página podemos poner el nombre de un niño y en la siguiente un dibujo del mismo niño hecho por nuestro hijo o una foto de cuando estuvieron juntos en una fiesta de cumpleaños o en el parque.
- Pon los cuentos, libros, revistas, libros propios, etc., en una estantería a su alcance de manera que no tenga que depender de ti para mirarlos o leerlos. El tiempo que el niño pasa solo descubriendo los libros es de vital importancia. Su atención está entonces al máximo rendimiento y el proceso de análisis, preguntas, reflexión e imitación que realiza son pasos imprescindibles en la adquisición de la lectura.
- No le corrijas cuando él interprete lo que ve en las imágenes o en sus intentos de lectura, es más conveniente que reformules sus palabras o que le hagas preguntas sobre lo que ha dicho. Si se siente corregido constantemente dejará de hacer hipótesis sobre lo que ve o lo que piensa que pone porque se sentirá inseguro.
Primera parte de este artículo en:
¿Quieres enseñar a leer a tu hijo de 3 años?
Carmen Herrera García
Profesora de Educación Infantil y Primaria