«¡Te prometo que no te había oído!», «Sí, ahora mismo voy, espera un momento», «Que sí, que sí», «Se me olvidó, lo siento. Luego lo hago». ¿Te suenan estas frases? El «no» a una orden puede adoptar distintas apariencias y disfraces pero todas ellas desembocan en un mismo resultado: la tarea mandada por hacer y los padres molestos. ¿Por qué nos desobedecen los hijos? ¿Qué podemos hacer para evitarlo? ¿Cómo actuar ante reiteradas o sistemáticas desobediencias?
Antes de que desobedezca:
- Conversar con él y tratar de averiguar cuál es la causa última de su rebeldía.
- No perder nunca los nervios. Mantener la calma. Puede ser útil respirar hondo.
- Animarle a que se disculpe sin que se sienta humillado.
- En niños pequeños, usar la distracción: decirles por ejemplo «te voy a contar tu cuento favorito mientras te bañas» en vez de «¿quieres hacer el favor de meterte en la bañera?«
- Proponerle juegos divertidos para motivarle a obedecer. Serán juegos en los que el objetivo sea reunir muchos puntos (simbolizados por pequeñas pegatinas de formas y colores distintos que pegaremos en un mural formando un dibujo, por ejemplo). Los puntos se conseguirán con actos de obediencia.
- Alabarle y elogiarle cuando sea obediente.
En el momento en que nos desobedece:
Aislarle unos minutos en un rincón «aburrido» de la casa para que recapacite.
Cogerle de la manita para obligarle a hacer la tarea.
Ignorar protestas y pataletas.
Ser enérgico y contundente si su desobediencia comporta peligro.
Discutir el incidente cuando el niño se haya calmado.
Lídia Ametller Martínez
Licenciada en Psicología
Artículo relacionado con estos consejos prácticos: La obediencia de los hijos entre los 2 y los 5 años.