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¿Estoy embarazada?

Náuseas por la mañana, repugnancia a la hora de comer, cansancio durante toda la jornada… y unos días de retraso. Podrías estar embarazada, pero no estás segura. La regla se puede retrasar por otros motivos. ¿Y si simplemente estás baja de defensas o cansada por el ritmo de trabajo? Algunas mujeres presentan síntomas clarísimos, mientras que otras sólo detectan el embarazo por la falta de la menstruación. Para salir de dudas, lo mejor es hacerse un test de embarazo o bien acudir al médico.

Tu cuerpo ha empezado a experimentar cambios y notas que estás especialmente sensible. Sospechas que estás embarazada, pero de momento la menstruación sólo se retrasa unos días y prefieres esperar un poco para no generar falsas expectativas.

Es posible que tu organismo se esté preparando para alojar al futuro bebé, y por eso sientes cierto malestar general y sensación de agotamiento. Pero también puede que estos síntomas estén relacionados con una situación de nerviosismo o con cualquier otra cosa. Ten en cuenta que no todas las mujeres embarazadas lo notan inmediatamente o presentan los mismos signos. De todas maneras, existen algunos síntomas bastante comunes. La mayoría de estas señales aparecen porque el cuerpo empieza a segregar hormonas que permitirán el crecimiento del embrión, pero el propio organismo recibe de golpe un brusco impacto que lo hace reaccionar de diversas maneras.

Posibles síntomas del embarazo

  • Los pechos aumentan ligeramente de tamaño
  • Náuseas, a veces sin vómitos, por las mañanas o durante el día
  • Pérdida del apetito o, por el contrario, ataques de hambre durante todo el día
  • Deseo irrefrenable o, por el contrario, repugnancia ante ciertos alimentos. Lo mismo puede ocurrir con olores, perfumes u otros elementos que afecten a los sentidos
  • Somnolencia y sensación de cansancio
  • Necesidad de orinar con frecuencia. El útero está creciendo y presiona contra la vejiga
  • Irritabilidad o mayor sensibilidad
  • Sensación de estar hinchada
  • Aumento de la salivación
  • Las encías se vuelven más sensibles y pueden sangrar durante el cepillado

Si hablas con otras mujeres, te darás cuenta que no todas las embarazadas sufren estos síntomas o cambios físicos. Algunas sólo detectan el embarazo tras un reconocimiento médico, al que recurren cuando se retrasa la menstruación. Tampoco todas las mujeres padecen estos malestares con la misma intensidad. Cada persona es un mundo y, aunque hay algunos signos bastante frecuentes, no podemos generalizar. Las primeras señales claras de que una mujer está embarazada son:

  • Retraso de la regla. Aunque para estar segura del embarazo hay que esperar hasta la segunda falta. A veces puede haber un retraso por otros motivos (una enfermedad, estrés…).
  • Aumento de la temperatura corporal (por encima de los 37º sin regla).

Pero, a pesar de que el retraso de la menstruación es el principal indicador del embarazo, es posible que aunque se retire no estés embarazada.

Si el óvulo no consigue agarrarse con fuerza, el huevo se desprenderá y no habrá embarazo. De hecho, el 60% de los óvulos fecundados se pierde. Es difícil (por no decir imposible) controlar las emociones, pero intenta ser prudente hasta que pases un reconocimiento médico. Y, en caso de que no te hayas quedado embarazada, no te desanimes y vuelve a intentarlo. Si llevas tiempo insistiendo y no lo consigues, prueba con un especialista que analice vuestra situación y os dé algunos consejos.

Si, por el contrario, el posible embarazo te ha cogido desprevenida o no lo buscabas, tampoco te sobresaltes enseguida. Puede ser una falsa alarma. Así que, ante todo, asegúrate de cuál es tu estado antes de nada.

¿Cómo confirmar el embarazo?

Sin duda, la mejor forma de confirmar un embarazo es acudir al ginecólogo. Como especialista, comprobará si estás embarazada y, en caso afirmativo, calculará la duración de la gestación y detectará posibles anomalías o problemas que puedan surgir más adelante. Hay que tener en cuenta que es imprescindible que te hagas el primer reconocimiento prenatal entre los 7 y los 15 días después de la primera falta, porque de la primera visita al ginecólogo saldrás con numerosos análisis pendientes.El médico solicitará, entre otros, análisis de sangre o de orina para comprobar en qué estado te encuentras. El análisis de sangre tiene una fiabilidad del 100% y permite diagnosticar el embarazo en un estadio muy precoz.

El análisis de orina también ofrece un resultado muy fiable, y de hecho muchas mujeres recurren a esta prueba de embarazo por su cuenta, utilizando los productos que venden en las farmacias sin receta médica. Esta prueba se realiza con una muestra de orina, y se puede utilizar en cualquier momento, aunque es recomendable hacerlo a partir del décimo día después de la fecundación, cuando el óvulo ya haya anidado en el útero.

Estos productos son fáciles de usar, pero hay que seguir las instrucciones al pie de la letra para que el resultado sea fiable. El proceso es muy sencillo: mojar el reactivo con un poco de orina y, después de unos minutos, comprobar el color que ha tomado. Si la prueba se hace demasiado deprisa o si la orina no es bastante concentrada podría dar negativo, por eso es importante que leas las instrucciones atentamente y que hagas la prueba con tranquilidad, cronometrando bien el tiempo.

Cuando el resultado es positivo, la precisión es del 99%. Cuando es negativo, del 80%. Si tienes dudas, espera unos días y vuelve a probar. En cualquier caso, es muy recomendable hacer un segundo test para asegurarte del resultado. Algunos productos de venta en farmacias ya ofrecen la posibilidad de hacer dos pruebas, así que pregunta a tu farmacéutico sobre las diferentes marcas que existen en el mercado y elige la que creas más conveniente.

De todas maneras, en cuanto sospeches el embarazo o lo confirmes mediante la prueba de orina, es imprescindible que visites al ginecólogo. Será este especialista quien determine un resultado exacto y, en caso de que no estés embarazada, analizará por qué se te ha retirado el periodo. La desaparición o el retraso de la regla puede obedecer a varios motivos: estrés, problemas hormonales, una enfermedad o un deseo muy vivo de querer un hijo (o también un deseo fervoroso de no tenerlo) que empuje al cuerpo a experimentar todos los síntomas del embarazo sin estar embarazada.

En estos casos, es probable que el médico recomiende la visita a un profesional que ayude a la mujer a superar esa situación. Si finalmente estás embarazada y el ginecólogo considera que estás dentro de un grupo de riesgo (menor de edad, mayor de 35, diabética, hipertensa, un embarazo anterior problemático…), también aconsejará determinados cuidados. Por último, determinará la fecha del parto calculando a partir del primer día de la última regla, aunque si tienes una menstruación irregular, no se podrá conocer el día exacto hasta que te hagan la primera ecografía.

Eva Moure Regueir
Asesorada por: Lluís Marcet
Ginecólogo y obstetra de la Clínica Teknon

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