¿Ya lo tienes todo preparado? ¡Faltan sólo cuatro semanas para que nazca tu hijo! Ahora queda lo mejor…y también lo peor: es muy probable que en estos últimos días experimentes algunos dolores más de espalda, tengas acidez estomacal, se te hinchen ligeramente los tobillos, notes que te falta aire, y quizás también aparezcan problemas para dormir. Pero la ilusión de la espera puede con todo esto, y más… Tu bebé ya tiene ganas de salir. ¿Quieres saber cómo está?
El bebé está ganando peso a un ritmo de 30 gramos diarios. El perímetro de su cabeza es casi de la misma longitud que la de su abdomen. Le quedan pocos días para alcanzar la media de valores de los bebés al nacer: 3.100 g de peso y 50 cm de longitud.
¡Estoy gordísima!
No es de extrañar…Tu útero está alcanzando el borde del esternón. El líquido presente en el saco amniótico ha aumentado de unas gotitas a un litro o un poco más. La placenta es tan grande que mide ahora más de 15 centímetros de diámetro y pesa unos 600 gramos.
¿No se mueve?
Notarás que está menos activo, que se revuelca y patea pero no cambia de postura. Es lógico ya que como no cesa de crecer, apenas tiene espacio para moverse. Cuando su cabeza quede encajada en la pelvis, esto se acentuará todavía más. Y cuando tu bebé no se deje sentir en toda una tarde, no te alarmes: seguramente estará echando una siesta porque ya tiene sus horas de sueño y de vigilia diferenciadas.
¿Cómo está colocado?
Normalmente durante el noveno mes, si no lo ha hecho todavía, el bebé se prepara para el nacimiento. Busca la posición adecuada para el momento del parto y se acomoda en la parte baja del abdomen. Si éste no es tu caso, consulta con tu ginecólogo pero no te alarmes, porque existen casos de futuras mamás que no se han dado cuenta de que su hijo se había dado la vuelta.
¿Qué aspecto tiene?
A esta altura de la gestación, el lanugo -vello que cubría su cuerpo- está desapareciendo y el unto sebáceo -fina capa grasa en su piel- le servirá para permitir el deslizamiento del bebé en el canal del parto. Su cráneo no se ha osificado del todo y presenta fontanelas y suturas, unos espacios membranosos entre los huesos que terminarán por cerrarse meses después del nacimiento.
¿Ha madurado ya del todo su organismo?
Sus pulmones, órganos vitales que el mes pasado todavía no estaban plenamente desarrollados, están ahora terminando su maduración. El bebé ya practica cómo respirar, se prepara para la vida en el exterior. Dentro de nada, estará listo para respirar fuera del útero.
Su sistema inmunológico todavía no está completo y tu hijo recibe de momento anticuerpos tuyos a través de la placenta. Está así protegido contra los gérmenes de los que tú tengas defensas. Después de nacer, seguirá recibiendo esta defensa a través de la leche materna.
Sus intestinos han comenzado a producir una sustancia llamada meconio que es su primera materia fecal. La misma se eliminará, en condiciones normales, después del nacimiento.
Ya sólo te queda esperar las primeras contracciones…
En definitiva, él ya está preparado y está esperando el momento oportuno. ¡El nacimiento se puede presentar en cualquier momento! Recuerda que debes tener preparada la maleta y en cuanto aparezcan las primeras contracciones, dirígete hacia el centro de maternidad elegido.
Redacción Solohijos, con el asesoramiento de Lluís Marcet
Ginecólogo y obstetra de la Clínica Teknon de Barcelona