Este segundo mes de embarazo es crucial. A partir de ahora, todo va muy rápido. Las células se multiplican a velocidad de vértigo y dan lugar a nuevas estructuras constantemente: en un período de cuatro semanas, la talla del futuro bebé se habrá multiplicado por seis. Su rostro y cuerpo tomarán forma y todos los órganos internos ocuparán su sitio dispuestos a terminar el proceso de desarrollo. No podrás notarlo, pero al final de la octava semana, tu bebé ya se moverá. Estos cambios le autorizarán a perder definitivamente la condición de embrión y empezar a denominarse feto.
La formación de los rasgos faciales
Al empezar la quinta semana de embarazo el futuro bebé tiene tan solo una foseta denominada boca primitiva que incluye el principio de los maxilares inferior y superior, los brotes del órgano del olfato, y un esbozo de lo que serán los ojos y las orejas. Pero en cuestión de un par de semanas, el rostro y los órganos faciales van a perfilarse de forma mucho más concreta.
Entre la sexta y la séptima semana, aparecerán la lengua, los labios y los cartílagos dentales, además, los brotes de las mandíbulas se habrán unido con los brotes nasales y se situarán en su lugar para consolidar su estructura. Los ojos, situados a los lados de la cabeza, serán ya perfectamente visibles y comenzarán a aproximarse el uno del otro. Se dibujarán los párpados y se formarán las retinas y las córneas. El nervio óptico estará a punto de ser terminado. ¡El bebé ya casi podría ver! Las orejas, estarán plenamente definidas antes de que termine el mes, y las cavidades de la boca y de la nariz se habrán unido formando el paladar. Además, los dientes que a los pocos meses de vida le saldrán en la boca, ya están desde ahora en el interior de lo que serán las encías, en la mandíbula.
¿Qué pasa con su cuerpo?
Lo que más salta a la vista observando el cuerpo de un embrión en este período de la gestación es que su cabeza está todavía muy curvada sobre el pecho y su volumen ha aumentado de forma considerable en comparación con el resto de su cuerpo.
Por lo demás, los músculos y la médula espinal están ya en proceso de formación pero todavía no la masa ósea del esqueleto. Sin embargo, las extremidades no van a aguardar a que los huesos aparezcan para hacerse notar. Empezarán a apuntar desde el primitivo tejido cartilaginoso aunque en un primer momento se asemejarán mucho más a unas pequeñas palas que a unas piernas o brazos. Todo se andará: va a ser al cabo de la semana que empezarán a alargarse de forma notable. Los brazos lo harán con una ligera ventaja respecto a las piernas y a la séptima semana del mes ya serán apreciables las articulaciones de la muñeca, el tobillo y el codo. También en manos y pies aparecerán cuatro depresiones separando cinco regiones más densas que acabarán por formar los dedos. En cuestión de días, antes de que finalice el mes, los dedos estarán constituidos y las extremidades tendrán su forma definitiva.
La piel, el manto protector de su minúsculo cuerpo, también se halla en pleno proceso de desarrollo para ser más eficaz a la hora de cuidar de los incipientes órganos: la única capa de células que recubría todo su cuerpo ha comenzado a dividirse para superponerse en varias capas y formar la epidermis.
¿Qué hay de sus órganos vitales?
Cierto es que los primeros meses del embarazo son los más importantes. En este segundo mes, se van a formar nada más y nada menos que el corazón, el cerebro y todos los demás órganos vitales.
A la quinta semana de embarazo, la masa cerebral no está plenamente desarrollada pero ya presenta sus dos hemisferios y tardará muy poco, una semana más, en esbozar las cinco regiones principales de un cerebro adulto. Aunque embrionario, el cerebro del futuro bebé no está inerte y ya empieza a emitir señales muy rudimentarias a los músculos.
El corazón se ha desarrollado considerablemente y ahora forma una prominencia ventral que late a su ritmo y que, en cuestión de días doblará de volumen. A la sexta semana ya presenta todas sus cavidades y, junto al hígado, ocupa la mayor parte del lugar disponible en el vientre. Falta muy poco, antes de que termine el mes, para que todo el aparato circulatorio esté a punto para funcionar y el corazón empiece a latir.
El sistema digestivo también está trabajando duro para terminar de configurarse. Prosigue la dilatación en el vientre que dará pie al futuro estómago. Éste adquirirá su forma definitiva durante la sexta semana. Antes de que finalice el mes, el futuro bebé ya tendrá sus glándulas salivares a la altura del cuello y el aparato digestivo se habrá unido con el urinario formando una pequeña cola denominada cloaca. Los canales excretores que se hayan formado permanecerán cerrados por sus respectivas membranas: la anal y la urogenital.
En cuanto al aparato reproductor, las células sexuales se han colocado en su sitio, dispuestas a desarrollar los órganos sexuales. De momento están indiferenciados pero a partir del próximo mes adoptarán una forma concreta en función de la información genética que les haya sido suministrada.
El embrión es todavía un granito inapreciable en el interior de la futura mamá y sin embargo, ya dispone de una inmensa mayoría de sus funciones vitales. Por ahora, flota en la cavidad uterina protegido por el líquido amniótico y en un estado de semi ingravidez. No sufre presiones indeseables, se mantiene a la temperatura ideal y gracias al desarrollo de la placenta y del cordón umbilical goza de una mayor movilidad… ¿Qué le aguarda durante el tercer mes, cuando deje de ser un embrión y haya alcanzado el status de feto?
Redacción Solohijos con el asesoramiento de Lluís Marcet
Ginecólogo y obstetra de la Clínica Teknon