Curso nuevo. Es necesario que te reúnas con tu pareja para tocar todos aquellos temas que os incumben exclusivamente a vosotros. Se trata de revisar y reformular el proyecto educativo de la familia y de establecer los pilares de la educación de vuestros hijos.
A veces es difícil hablar con tranquilidad en casa por lo que os recomendamos que, en lugar de salir al cine, reservéis ese tiempo y dinero a cenar fuera para discutir estos temas sin interrupciones.
¿De qué asuntos tratar?
- Qué tipo de familia queréis ser y cómo vais a conseguirlos. Buscar coherencia en vuestro objetivo. Si queréis que vuestra familia sea un sitio donde todos los miembros se sientan respetados y escuchados, deberéis repasar vuestras estrategias de comunicación, de autoridad, de normas y consecuencias, de premios y castigos... Vuestra política de resolución de conflictos, de negociación con vuestros hijos, de autonomía y protección... ¿Qué actitud vais a tener ante los errores?¿Cómo podéis dedicar más tiempo a vuestros hijos?
- Qué objetivos tenéis para cada hijo y para vosotros mismos. Quizás en uno de tu hijos la prioridad sea fomentar su autonomía mientras que para otro sea más importante desarrollar el autocontrol, la empatia o la autoestima. Pararos a pensar cuáles son las necesidades de cada uno de vuestros hijos para adaptaros a ellas y no trabajar bajo un mismo e injusto prisma educativo.
¿Quizás tenéis que tomaros más en serio la comunicación entre la pareja? - Qué hacer cuando no estáis de acuerdo frente a los hijos.
- Qué tareas educativas le corresponden a uno y a otro. Este año, delega. Delega determinadas parcelas de la educación de tus hijos en tu pareja y no pretendas hacerlo todo tú. Hablad, organizaros, llegad a acuerdos y no permitáis que uno lleve más carga que el otro. Y si ha de ser así, al menos que sea de manera voluntaria y temporal. La educación es cosa de dos si se quiere equilibrada.
- Qué tiempo dispondréis este año para dedicar a vuestros hijos; en qué y cómo lo empleareis: quién cuenta el cuento de buenas noches, quién los despierta y los ayuda a vestir; quién ayuda/controla los deberes; quién se encarga de dedicar un tiempo a la lectura, al deporte, a los deberes de inglés, etc.
- Qué normas serán de obligado cumplimiento y cuáles serán algo más flexibles. Por ejemplo, puede que para ti una falta de respeto o una mentira sean inaceptables sin embargo toleres con un rasero más amplio el desorden de tus hijos o las peleas entre ellos. Pensad lo que realmente es importante y lo que puede manejarse con más margen.
- Cómo dirigir el tiempo de ocio de la familia. El ocio puede ser un agente tan educador como destructor en la formación de vuestros hijos. Y más en los tiempos actuales donde la filosofía más aceptada es “hacer lo que me apetece en el momento que me apetece”. Llena su tiempo libre de actividades enriquecedoras, de deporte, de valores y de amigos verdaderos.
- Qué valores fomentar y cómo hacerlo. Todos queremos trasmitir valores positivos a nuestros hijos pero la realidad se impone y en muchas ocasiones las buenas intenciones no van acompañadas de hechos. Organizaros y seleccionar de entre todos los valores que consideráis importantes aquellos que realmente vais a poder trabajar. Elegid pocos pero que puedan llegar a ser este año interiorizados. Pensad en la edad y madurez de vuestros hijos a la hora de darles prioridad. Pensad en las actividades extraescolares o de fin de semana que fomentan esos valores; libros y películas; amistades convenientes o potencialmente peligrosas, etc. ¿Cómo vais a trabajar la generosidad en casa? ¿la fortaleza? ¿El perdón? ¿El optimismo y el sentido del humor?
- Buscad un lema familiar que os ayude a sentiros involucrados y que os haga trabajar al unísono en un fin común. Es algo así como el lema de los tres mosqueteros: «Todos para uno y uno para todos». Un buen lema sería este: “En esta familia nunca nos quejamos; describimos el problema y buscamos soluciones”. Encontrarás más ejemplos de lemas familiares aquí.
- Repasad y valorar los puntos fuertes y débiles de vuestra familia. Detectar errores y problemas del año pasado. No es necesario que busquéis soluciones a todos ellos pero sí que seáis conscientes de que existen y que es necesario atacarlos uno a uno a lo largo del año, con ayuda de vuestros hijos si es que les incumben a ellos también y tienen edad para involucrarse. Contemplar la posibilidad de hacer un curso de formación de padres.
Elena Roger Gamir
Pedagoga – Solohijos.com
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